Avalar un préstamo es una decisión financiera de gran importancia, que puede tener consecuencias a largo plazo tanto para el avalista como para el titular del crédito. Muchas personas aceptan este compromiso por ayudar a un familiar o amigo, sin conocer a fondo las responsabilidades y riesgos legales asociados. Comprender el alcance de lo que significa ser avalista es fundamental antes de firmar cualquier contrato.
En este artículo te explicamos cómo avalar un préstamo paso a paso, cuáles son las obligaciones principales de un avalista y las precauciones imprescindibles que debes considerar. Si estás valorando convertirte en avalista, o si necesitas que alguien te avale, esta guía te ayudará a tomar una decisión informada y segura.
¿Qué significa avalar un préstamo?
El aval en un préstamo es una figura legal mediante la cual una persona, denominada avalista, se compromete a responder con sus bienes y patrimonio en caso de que el titular del préstamo no cumpla con el pago de la deuda. Es un acto de confianza y respaldo, pero que implica una responsabilidad financiera directa ante la entidad prestamista.
En la mayoría de los casos, los bancos y entidades financieras solicitan un avalista cuando el solicitante del crédito no cumple con todos los requisitos de solvencia o presenta un perfil de riesgo elevado. El avalista, por tanto, actúa como una garantía adicional para la entidad.
- El avalista responde con todo su patrimonio presente y futuro, salvo que el contrato limite su responsabilidad.
- No es necesario que exista parentesco entre avalista y titular del préstamo.
- El avalista puede ser requerido a pagar la deuda sin necesidad de que la entidad agote primero todas las vías contra el deudor principal (aval solidario, la forma más habitual).
Si quieres profundizar sobre las obligaciones legales y riesgos del avalista, te recomendamos revisar nuestra guía especializada.
Responsabilidades y riesgos del avalista
El papel del avalista va mucho más allá de una mera formalidad. Al firmar el contrato de aval, asume los mismos compromisos de pago que el titular del préstamo. Por eso, es esencial conocer con detalle cuáles son sus responsabilidades legales y económicas.
Compromiso de pago total
El avalista se convierte en responsable subsidiario o solidario del préstamo. Esto implica que, si el titular no paga una o varias cuotas, la entidad financiera podrá reclamar el importe impagado directamente al avalista, incluyendo intereses de demora y comisiones asociadas.
- El banco puede embargar bienes, cuentas o nóminas del avalista si la deuda no se regulariza.
- La responsabilidad se mantiene hasta la cancelación total del préstamo, salvo que se acuerde lo contrario por escrito.
- Los impagos afectarán al historial crediticio del avalista, dificultando el acceso a futuros préstamos.
Duración y extinción del aval
El avalista está vinculado al préstamo durante toda su vida útil, a menos que exista una cláusula de extinción o sustitución de avalista en el contrato. Si el titular amortiza anticipadamente el préstamo, el aval se extingue. No obstante:
- El avalista puede solicitar su liberación si hay acuerdo con el banco y se cumplen las garantías alternativas.
- En préstamos con carencia, el riesgo de impago puede aumentar durante el periodo en que solo se pagan intereses.
Para más información sobre cómo cancelar un préstamo anticipadamente y sus efectos sobre el aval, consulta nuestro artículo relacionado.
Riesgos más frecuentes para el avalista
- Embargo de bienes personales en caso de impago.
- Registro en listas de morosos como ASNEF o RAI.
- Deterioro del historial crediticio y dificultades para solicitar nueva financiación.
- Conflictos familiares o personales derivados de la obligación de pago.
Por estos motivos, es fundamental analizar bien la situación financiera del titular y las condiciones del préstamo antes de aceptar el aval.
Consejos antes de avalar un préstamo
Convertirse en avalista es un compromiso serio. Antes de firmar, sigue estos consejos clave para proteger tus intereses y minimizar riesgos:
- Solicita copia del contrato de préstamo y de la cláusula de aval para leerlas con detenimiento.
- Pregunta si el aval es solidario o subsidiario, y si hay límites a la responsabilidad.
- Valora si existe la posibilidad de fijar un importe máximo o un plazo concreto para el aval.
- Estudia la capacidad de pago del titular del préstamo y su estabilidad financiera.
- Consulta con un asesor legal o financiero antes de tomar la decisión.
- Analiza alternativas como seguros de impago o garantías diferentes al aval personal.
Recuerda que, una vez firmado el aval, es muy complicado desvincularse si no existe acuerdo con la entidad financiera. Piensa a largo plazo y sopesa si puedes asumir esta carga económica en caso de que el titular incumpla sus obligaciones.
Preguntas frecuentes sobre cómo avalar un préstamo
En la mayoría de los casos, no es posible dejar de ser avalista hasta que el préstamo se cancela o la entidad financiera acepta sustituirte por otro avalista o garantía. Es importante negociar estas condiciones antes de firmar.
¿Qué pasa si el titular del préstamo deja de pagar?
Si el titular incumple sus pagos, la entidad puede reclamar la deuda al avalista, incluso embargar sus bienes o cuentas. Además, el impago afectará al historial crediticio del avalista.
¿El avalista puede limitar su responsabilidad?
Sí, pero esto debe quedar reflejado en el contrato. Se puede limitar la cuantía máxima o el periodo de vigencia del aval, aunque muchas entidades prefieren avales ilimitados.
¿Afecta el aval a mi capacidad para pedir otros préstamos?
Sí. Figurar como avalista incrementa tu nivel de endeudamiento, lo que puede dificultar la concesión de futuros créditos, ya que las entidades lo tienen en cuenta en sus estudios de riesgo.
¿El avalista hereda la deuda en caso de fallecer?
Si el avalista fallece, la responsabilidad puede pasar a sus herederos dentro de los límites de la herencia, salvo que el contrato establezca lo contrario.