Préstamos participativos: qué son y cómo benefician a empresas

Los préstamos participativos han ganado relevancia como fórmula de financiación alternativa para empresas, especialmente en fases de crecimiento o en situaciones donde el riesgo hace difícil acceder a la banca tradicional. Este tipo de financiación, a caballo entre el préstamo clásico y la inversión de capital, ofrece ventajas únicas tanto para las empresas prestatarias como para los inversores o entidades que los conceden.

En este artículo desgranamos en profundidad qué son los préstamos participativos, cómo funcionan, cuáles son sus condiciones habituales, sus beneficios para las empresas y cuándo pueden ser la mejor opción para impulsar tu negocio. Si te interesa ampliar horizontes sobre financiación empresarial, te recomendamos nuestra guía sobre opciones de financiación para emprendedores.

Préstamos participativos: qué son y cómo benefician a empresas

¿Qué son los préstamos participativos?

Un préstamo participativo es un tipo especial de préstamo a medio o largo plazo en el que el prestamista, además de obtener un interés fijo, percibe una remuneración variable vinculada a la evolución de la actividad de la empresa, generalmente medida por el beneficio neto, las ventas o el volumen de negocio. Esto significa que la entidad financiadora participa, en cierto modo, en el éxito empresarial.

A diferencia de los préstamos convencionales, en los participativos el prestamista asume más riesgo, pero también puede beneficiarse de una mayor rentabilidad si la empresa crece y obtiene mejores resultados.

  • Interés mixto: combinación de un tipo fijo con otro variable ligado a la evolución del negocio.
  • Flexibilidad en amortización: suelen permitir carencia de amortización de principal durante los primeros años.
  • Consideración como fondos propios: según la legislación española, en caso de liquidación se sitúan después del resto de acreedores, pero antes que los accionistas.
  • No diluye el capital: la empresa no debe ceder acciones, a diferencia de la entrada de inversores.

Este producto financiero está regulado legalmente en España por el artículo 20 del Real Decreto-Ley 7/1996 y es habitual que lo utilicen tanto startups como pymes en expansión.

Ventajas y beneficios de los préstamos participativos para empresas

Los préstamos participativos ofrecen beneficios clave para las empresas que buscan crecer sin renunciar al control del capital. A continuación, analizamos sus principales ventajas.

  • Refuerzan la estructura financiera: Se consideran cuasi-fondos propios, mejorando el balance y facilitando el acceso a otras fuentes de financiación.
  • Intereses adaptados al rendimiento: El coste del préstamo se ajusta a la situación real del negocio, lo que reduce la presión en épocas de menor facturación.
  • No diluyen la propiedad: La entrada de capital externo no implica la cesión de acciones ni de poder de decisión.
  • Apoyo a proyectos innovadores o de alto riesgo: Son ideales para negocios emergentes o sectores innovadores que no encuentran financiación tradicional.
  • Ventajas fiscales: En algunos supuestos, los intereses variables pueden deducirse como gasto financiero.

Para las empresas de reciente creación o en fase de expansión, los préstamos participativos pueden ser el complemento idóneo a otras formas de financiación como el capital riesgo y los business angels.

Ejemplo práctico de préstamo participativo

Imagina una startup tecnológica que necesita 200.000€ para desarrollar un nuevo producto. Consigue un préstamo participativo con las siguientes condiciones:

  • 5 años de plazo.
  • Interés fijo anual del 3%.
  • Interés variable adicional: 2% sobre el beneficio neto anual si supera los 50.000€.
  • Carencia de amortización de principal durante el primer año.

Si la empresa tiene éxito, el prestamista recibirá más intereses. Si el negocio no despega, la carga financiera se adapta, ayudando a la supervivencia de la empresa.

Características principales de los préstamos participativos

Para entender por qué los préstamos participativos son valorados por empresas e inversores, conviene conocer sus características diferenciadoras:

  • Subordinación: En caso de concurso o liquidación, se sitúan por detrás de otros créditos ordinarios, pero antes que los accionistas.
  • Amortización flexible: Posibilidad de pactar carencias y plazos amplios, adaptados a la maduración del negocio.
  • Interés variable: Ligado habitualmente al beneficio neto, cifra de ventas o EBITDA.
  • Ventajas contables: Se computan como fondos propios a ciertos efectos, mejorando ratios de solvencia.
  • Compatibilidad: Pueden coexistir con otros préstamos o líneas de crédito.

En el contexto español, entidades públicas como ENISA y algunas sociedades de capital riesgo han impulsado el uso de este instrumento para apoyar la financiación de pymes y startups.

¿Cuándo conviene solicitar un préstamo participativo?

Este tipo de financiación es recomendable en los siguientes escenarios:

  • Empresas innovadoras con potencial de crecimiento, pero sin acceso fácil a banca tradicional.
  • Startups que buscan ampliar capital sin diluir el control de sus fundadores.
  • Proyectos que necesitan recursos a largo plazo para consolidar su modelo de negocio.
  • Empresas que requieren flexibilidad en la amortización y en el pago de intereses.

Si quieres comparar esta opción con otras fórmulas, consulta nuestro análisis sobre subvenciones vs préstamos.

Consejos prácticos antes de firmar un préstamo participativo

Antes de optar por un préstamo participativo, ten en cuenta estos consejos para negociar las mejores condiciones y evitar sorpresas:

  • Define claramente el índice de referencia para la parte variable (beneficio neto, EBITDA, ventas…)
  • Negocia la duración, carencias y condiciones de amortización que se ajusten a tus flujos de caja.
  • Asegúrate de que la subordinación no compromete otros acuerdos financieros existentes.
  • Consulta con un asesor financiero y revisa la fiscalidad aplicable a los intereses variables.
  • Valora la posibilidad de combinarlo con otras fuentes de financiación como crowdlending, business angels o líneas públicas.

Recuerda que los préstamos participativos no son la solución universal, pero pueden ser clave en determinados contextos. Analiza el ciclo de vida de tu empresa y tu perfil de riesgo antes de decidir.

Preguntas frecuentes sobre préstamos participativos

¿Qué diferencia hay entre un préstamo participativo y uno convencional?
El préstamo participativo incluye una parte de interés variable ligada a la evolución de la empresa, mientras que el convencional solo tiene tipo fijo. Además, el participativo se considera cuasi-capital y es más flexible en amortización.
¿Quién puede conceder un préstamo participativo?
Lo pueden conceder entidades públicas (como ENISA), sociedades de capital riesgo, inversores privados o socios actuales de la empresa.
¿En qué casos un préstamo participativo puede ser la mejor opción?
Cuando la empresa tiene potencial de crecimiento, pero resulta difícil acceder a la banca tradicional o no quiere diluir el capital. Es ideal para proyectos innovadores o en expansión.
¿El préstamo participativo diluye la propiedad de la empresa?
No, no implica entrada de nuevos socios ni cesión de acciones. El prestamista no adquiere derechos políticos ni de control.
¿Se puede combinar un préstamo participativo con otras fuentes de financiación?
Sí, es habitual combinarlo con otros préstamos, líneas de crédito o inversión de business angels.

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