¿Puede un pensionista avalar un préstamo? Requisitos, límites y riesgos (con ejemplos)

Muchos bancos piden un avalista cuando el perfil del solicitante de un préstamo no encaja al 100% con sus políticas de riesgo. En España es habitual que ese apoyo lo aporte un padre, madre o familiar ya jubilado. Pero, ¿puede un pensionista avalar? ¿Qué requisitos piden realmente los bancos? ¿Qué riesgos asume y cómo reducirlos? En esta guía te lo explicamos con rigor y ejemplos sencillos, para que tomes decisiones informadas y sin falsas expectativas.

Nota rápida: este contenido es informativo y no constituye asesoramiento personalizado. Cada entidad aplica sus propios criterios y pueden cambiar con el tiempo.

Pensionista revisando un contrato de aval junto a un familiar en una mesa

En España, la ley no prohíbe que un pensionista sea avalista. El aval es un compromiso por el cual una persona se obliga a pagar si el titular del préstamo no lo hace. Por tanto, lo relevante no es la edad, sino la capacidad de responder en caso de impago y qué nivel de riesgo quiere asumir el banco.

En la práctica, las entidades revisan tres aspectos clave:

  • Ingresos estables y suficientes: la pensión (contributiva, de incapacidad, etc.) se valora positivamente por su estabilidad. Las no contributivas, por su cuantía y naturaleza, suelen tener peor encaje.
  • Edad + plazo: muchas políticas internas exigen que la suma edad del avalista + plazo sea ≤ 75–80 años. Esto puede acortar el plazo del préstamo o forzar que el avalista sea otra persona más joven.
  • Historial y endeudamiento: que el avalista no esté en ficheros de morosidad y mantenga un ratio de deuda razonable. Si aparece en ASNEF, la operación suele caerse. Amplía aquí: avalista en ASNEF.

Antes de aceptar, conviene entender a fondo las responsabilidades legales del avalista. Un aval mal pactado puede comprometer la pensión y el patrimonio del jubilado.

Gráfico de edad más plazo máximo para avalistas sobre un cuaderno

Requisitos habituales que pide el banco a un avalista pensionista

Cada entidad tiene su checklist, pero lo más común es que pidan:

  • Identidad: DNI/NIE vigente.
  • Acreditación de ingresos: certificado o revalorización anual de la pensión, carta de la Seguridad Social y últimos extractos donde se vea el abono mensual.
  • Fiscalidad: última declaración de la Renta (si la presenta) o certificado de imputaciones.
  • Solvencia y deudas: consulta de CIRBE y ficheros (ASNEF, BADEXCUG, RAI) para verificar que no hay impagos ni deudas ocultas.
  • Patrimonio y cargas: escrituras y recibos de IBI si posee vivienda(s), hipotecas vigentes o anotaciones registrales.
  • Extractos bancarios: de los últimos 3–6 meses, para ver estabilidad, gastos habituales y posibles descubiertos.

Además, evaluarán el ratio de endeudamiento (deuda/ingresos). Como referencia orientativa, un DTI (Debt-to-Income) total por encima del 35% suele generar rechazo. Aquí puedes profundizar en el cálculo y límites: ratio de endeudamiento.

Checklist de revisión típica (bancos y financieras)

Punto a revisarQué buscan
Edad y plazoQue edad + plazo ≤ 75–80 años
Tipo de pensiónPreferencia por pensiones contributivas y estables
Cuantía de la pensiónSuficiente margen tras gastos fijos; DTI total ≤ 30–35%
Historial de pagoSin impagos ni incidencias recientes en extractos
Ficheros (ASNEF, etc.)Sin anotaciones de morosidad activas
CIRBESin riesgos elevados ni múltiples operaciones vivas
PatrimonioVivienda(s) sin cargas o baja carga (mejora perfil, no es obligatorio)

Cómo influye la edad del avalista en el plazo (y en la cuota)

La restricción más habitual es el límite de edad + plazo. Por ejemplo:

  • Si el avalista tiene 72 años y la política es ≤ 80, el plazo máximo será 8 años.
  • Si el avalista tiene 78, la entidad puede limitar el plazo a 2–3 años o pedir un aval alternativo más joven.

Esto afecta directamente a la cuota mensual: a menor plazo, mayor cuota, lo que puede dificultar la operación del titular. Por eso, en ocasiones es preferible:

Calculadora, extractos bancarios y carta de pensión sobre escritorio

  • Incorporar a un avalista más joven, o
  • Reducir importe o reestructurar deudas previas del titular para bajar su DTI.

¿Aval solidario o mancomunado? ¿Conviene limitar el aval?

Cuando te pidan aval, intenta negociar su modalidad. No es lo mismo responder de todo que hacerlo de forma proporcional. Te ayudará entender bien estas diferencias:

  • Aval solidario vs mancomunado: en el solidario, el banco puede reclamar todo al avalista; en el mancomunado, cada uno responde por su parte. Las entidades suelen preferir el solidario.
  • Aval limitado: acota por contrato el importe máximo, intereses y comisiones por los que responde el avalista. Es una herramienta clave para proteger al pensionista.

Sea cual sea la modalidad, no firmes sin comprender las obligaciones completas del avalista y cómo te afectarán ante retrasos, impagos o reclamaciones judiciales.

Riesgos reales para el avalista pensionista

El riesgo principal es que, si el titular no paga, el banco te reclames a ti como avalista. Consecuencias típicas:

  • Intereses de demora y costes legales: la deuda aumenta con recargos, intereses moratorios y costas. Consulta límites y cálculo en intereses de demora.
  • Embargo de ingresos y bienes: las pensiones tienen un mínimo inembargable (referenciado al SMI) y tramos de embargo sobre el exceso. Si no hay ingresos suficientes, pueden embargar cuentas o bienes del avalista.
  • Vencimiento anticipado: en determinados supuestos contractuales, la entidad puede reclamar de golpe el saldo vivo. Esto multiplica el riesgo.

Escenarios de impago: qué puede pasar

EscenarioConsecuencia para el avalista
2–3 cuotas de retrasoReclamación extrajudicial; devengo de intereses de demora y posibles comisiones
Impago prolongadoPosible vencimiento anticipado y reclamación de la deuda total
Demanda judicialEmbargo de parte de la pensión y/o de saldos de cuenta y bienes

Evita sorpresas revisando siempre la sección de intereses y penalizaciones del contrato, y valora si un aval limitado reduce el riesgo a un nivel asumible.

Firma de aval limitado con resaltado en cláusulas clave

Buenas prácticas para pactarlo bien (y dormir más tranquilo)

  • Limita el aval por contrato: fija un tope de responsabilidad (capital + un máximo de intereses y gastos). Negocia plazos y condiciones antes de firmar.
  • Acuerdo interno con el titular: firma un reconocimiento de deuda y un pacto de reembolso entre vosotros (no sustituye al contrato con el banco, pero facilita reclamarle si fallase).
  • Transparencia y alertas: que el avalista reciba avisos de impago. Domiciliar la cuota y activar notificaciones reduce riesgos.
  • Revisa el cuadro de amortización: entiende cómo se reparten intereses y capital para anticipar el impacto de amortizaciones y retrasos. Guía útil: cómo interpretar el cuadro de amortización.
  • Valora un seguro de pagos (si tiene sentido): en algunos casos, una póliza puede cubrir desempleo, incapacidad temporal o fallecimiento. Comprueba exclusiones y coste real en seguro de protección de pagos.

Importante: si el banco quiere aval solidario a toda costa y sin límite, plantéate si el riesgo encaja con tu situación. No hay aval “obligatorio” por ley: es una negociación. Si no encaja, reconsiderad el importe, el plazo o buscad alternativas.

Alternativas si el banco pide como aval a un pensionista

  • Cotitular vs avalista: la entidad puede proponer que el pensionista entre como cotitular. No siempre es mejor: las responsabilidades son distintas. Diferencias y riesgos aquí: cotitular vs avalista.
  • Reforzar solvencia del titular: amortizar deudas pequeñas o caras para bajar el DTI y evitar avales. También reducir importe o plazo.
  • Garantías alternativas: si el titular dispone de activo (p. ej., vehículo), valorar un aval de coche o una prenda sin desplazamiento. Ojo a costes y límites de tasación.
  • Revisar solicitudes: no dispersarse pidiendo en 5–10 entidades a la vez: puede empeorar scoring y CIRBE. Mira cuántas solicitudes de préstamo puedes hacer sin perjudicarte.

Ejemplo práctico con números (y cómo decide el banco)

Situación: Laura solicita 15.000 € para 7 años. TIN 8,0%, TAE aproximada 9,2%. Su padre, Antonio, pensionista de 72 años, acepta avalar.

  • Cuota estimada de Laura: 233 € al mes.
  • Pensión de Antonio: 1.200 € netos/mes. Gastos fijos: 450 € (vivienda, suministros, etc.). No tiene otras deudas.

1) Regla edad + plazo: 72 + 7 = 79. Si la política del banco es ≤ 80, encaja justo. Si fuese ≤ 75, obligaría a acortar a 3 años.

Tabla comparativa de escenarios de impago e impactos para el avalista

2) DTI del avalista: Si Antonio no tiene deudas, su DTI por la operación sería 233 €/1.200 € = 19,4% en el peor caso (si el banco lo imputa como posible carga). Suele ser aceptable.

3) ¿Qué pasa si limitamos el aval? Si negocian un aval limitado a, por ejemplo, 8.000 € (capital pendiente + 12 meses de intereses con tope + gastos con tope), el riesgo de Antonio se reduce. Puede que el banco pida entonces un avalista adicional o una pequeña reducción del importe.

4) ¿Y si el banco obliga a reducir el plazo? A 5 años, la cuota sube a ~304 € (misma TIN). Eso puede tensionar el presupuesto de Laura. Alternativa: aportar 2.000 € de entrada y pedir 13.000 € a 5 años, bajando la cuota a ~263 €.

Este tipo de ajustes son habituales. La clave es que el pensionista comprenda qué está firmando y cuál es el peor escenario si el titular falla.

Pasos para preparar una solicitud sólida (y reducir peticiones fallidas)

  1. Ordenar documentación: DNI/NIE, certificado de pensión, revalorización, extractos 3–6 meses, última Renta, escrituras y recibos IBI si procede.
  2. Limpiar los extractos: evita descubiertos, comisiones por impago y cargos “ruidosos” en los 90–180 días previos. Qué miran exactamente aquí: qué miran los bancos en tus extractos.
  3. Dimensionar el préstamo: comprueba DTI del titular y del avalista, y ajusta importe/plazo para entrar en umbrales razonables.
  4. Negociar la estructura del aval: preferible limitado y, si hay varios avalistas, evitar la solidaridad total.
  5. Evitar el “tiro al aire”: no lances solicitudes masivas. Selecciona 1–2 entidades con mejor encaje de perfil.

Conclusión

Un pensionista sí puede avalar un préstamo, y su pensión estable es un punto a favor. El gran reto está en controlar el riesgo: entender el contrato, limitar la responsabilidad cuando sea posible y vigilar el DTI y la regla edad + plazo. Antes de firmar, revisa tus obligaciones como avalista, valora un aval limitado y acuerda con el titular mecanismos prácticos (avisos, domiciliar pagos, plan B ante imprevistos). Un aval bien pactado puede ayudar sin poner en jaque la jubilación.

Contenido informativo. Consulta condiciones y políticas actualizadas con la entidad antes de tomar decisiones.

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