Cuando la cuota mensual aprieta, suelen ponerse sobre la mesa tres soluciones: pedir una carencia, ampliar el plazo de tu préstamo o reunificar deudas en una sola cuota. Todas rebajan el pago mensual, pero no todas cuestan lo mismo ni implican los mismos riesgos.
- Qué es cada opción y cómo funciona
- 1) Carencia (total o parcial)
- 2) Ampliar plazo (novación)
- 3) Reunificación de deudas
- Costes típicos, comisiones y efectos sobre los intereses
- Carencia
- Ampliar plazo
- Reunificación
- Comparativa rápida: requisitos, impacto y riesgos
- Ejemplos numéricos orientativos
- Situación de partida
- Opción A: Carencia total 12 meses en la hipoteca
- Opción B: Ampliar el plazo de la hipoteca a 30 años
- Opción C: Reunificación en una nueva hipoteca
- Cuándo conviene cada una (y cuándo evitarla)
- Carencia
- Ampliar plazo
- Reunificación
- Pasos prácticos para decidir bien
- Consejos para pagar menos a largo plazo
- Errores comunes que encarecen la operación
- Conclusión
En esta guía práctica comparamos de forma clara estas tres opciones: qué son, cuánto pueden bajarte la cuota, qué gastos y comisiones arrastran, cuánto aumentan los intereses totales y en qué casos conviene cada una. Incluimos ejemplos numéricos orientativos y una tabla comparativa para ayudarte a decidir. Contenido informativo. Consulta condiciones actualizadas con tu entidad.
Qué es cada opción y cómo funciona
1) Carencia (total o parcial)
La carencia es un periodo temporal en el que no amortizas capital. Puede ser:
- Carencia total: pagas solo intereses. La deuda no baja durante la carencia.
- Carencia parcial: reduces la parte de capital amortizado, bajando la cuota, pero sigues amortizando algo.
Es una modificación puntual de tu préstamo/hypoteca. Suele tramitarse como una novación. Amplía intereses totales porque difiere la amortización de capital. Más detalles en préstamos con carencia: ventajas e inconvenientes.
2) Ampliar plazo (novación)
Consiste en aumentar los años restantes de tu préstamo actual para repartir el capital pendiente en más cuotas. Lo habitual es hacerlo mediante una novación con tu banco, que puede conllevar comisión de novación, tasación, gestoría y aranceles, entre otros. El tipo de interés puede cambiar. Extender el plazo casi siempre reduce la cuota, pero eleva el coste total en intereses. Aquí encaja comparar novación, subrogación o nueva hipoteca si tu banco no ofrece buenas condiciones.
3) Reunificación de deudas
Unificas varios préstamos (hipoteca, personales, tarjetas, etc.) en uno solo para pagar una única cuota más baja. Puede hacerse:
- Dentro del banco (nueva hipoteca o ampliación de la existente).
- Con otra entidad (subrogación + novación) o incluso con capital privado si el perfil no encaja en banca (más caro y con más garantías).
Normalmente supone alargar plazos y, si se integra en una hipoteca, respaldar toda la deuda con tu vivienda. Requiere valorar bien los gastos de un préstamo con garantía hipotecaria. Si vas justo de ratio de esfuerzo, revisa qué miran las entidades en tu ratio de endeudamiento (DTI). Para casos con vehículo, existe la reunificación con aval de coche, con sus límites.
Costes típicos, comisiones y efectos sobre los intereses
Antes de decidir, entiende dos ideas clave:
- TIN vs TAE: el TIN es el tipo puro; la TAE incluye comisiones y gastos recurrentes, y refleja mejor el coste anual. Si cambias de producto o amplías plazo, la TAE te dirá el coste real. Repasa cómo calcularlo en créditos en esta guía de TAE aplicada a líneas (conceptos extrapolables).
- Intereses totales: bajar cuota suele aumentar el total de intereses pagados porque tardas más en devolver el capital.
Carencia
- Comisiones posibles: novación (p. ej., 0,1%–1%), gestoría, tasación si hay cambios relevantes, y notariales/registrales si se formaliza.
- Efecto: cuota baja mucho (solo intereses en carencia total), pero pagas intereses sin reducir capital.
- Riesgo: al terminar la carencia, la cuota vuelve a subir; si tu situación no mejora, puedes tener problemas.
Ampliar plazo
- Comisiones posibles: novación, y costes asociados (tasación/gestoría/notaría/registro) si cambias condiciones esenciales.
- Efecto: cuota claramente menor; intereses totales más altos por alargar la vida del préstamo.
- Riesgo: permaneces más tiempo endeudado y pagas más por el dinero.
Reunificación
- Comisiones y gastos: puede implicar cancelar préstamos anteriores (comisiones de cancelación), abrir uno nuevo (apertura), tasación, gestoría, notaría, registro e impuestos asociados. Si es hipotecario, los gastos son superiores a una simple novación.
- Efecto: cuota total del mes baja mucho al promediar tipos y alargar plazos. El coste total en intereses suele subir significativamente.
- Riesgo: si pasas de deuda no hipotecaria a hipotecaria, pones la vivienda en garantía. Si no pagas, podrías perderla. Compara alternativas como ampliación vs segunda hipoteca para no mezclar toda la deuda en un único préstamo.
Comparativa rápida: requisitos, impacto y riesgos
Opción | Requisito típico | Trámite | Impacto en cuota | Intereses totales | Riesgos |
---|---|---|---|---|---|
Carencia | Temporalidad justificada (paro, baja, mudanza) | Novación con el banco | Alto (sobre todo en carencia total) | Suben (pagas intereses sin amortizar) | Rebote de cuota al finalizar la carencia |
Ampliar plazo | Historial de pago y margen de vida del préstamo | Novación (posibles gastos) | Medio-Alto (según años añadidos) | Suben por alargar plazo | Más tiempo endeudado |
Reunificación | Ingresos estables y, a menudo, garantía (vivienda) | Nuevo préstamo (posible hipoteca) + cancelaciones | Muy alto (al sumar y alargar) | Suben de forma relevante | La vivienda puede quedar en riesgo si impagas |
Nota: magnitudes orientativas. Condiciones reales según entidad y perfil.
Ejemplos numéricos orientativos
Los siguientes cálculos son aproximados y simplificados, pensados para comparar órdenes de magnitud.
Situación de partida
- Hipoteca pendiente: 150.000 €, TIN 2,5%, plazo restante 25 años. Cuota aprox.: 673 €/mes.
- Préstamos personales: 20.000 € totales, cuota conjunta aprox.: 400 €/mes.
- Cuota mensual total actual: 1.073 €.
Opción A: Carencia total 12 meses en la hipoteca
- Durante 12 meses pagas solo intereses de la hipoteca: 150.000 € × 2,5% / 12 ≈ 312,50 €/mes.
- Los préstamos personales siguen igual: + 400 € = 712,50 €/mes durante la carencia.
- Tras la carencia, la cuota hipotecaria vuelve a ~673 € (los personales, si no los cambias, igual). Intereses totales de la hipoteca aumentan, porque has diferido 12 meses de amortización.
Opción B: Ampliar el plazo de la hipoteca a 30 años
- Cuota hipoteca a 30 años (misma deuda y TIN 2,5%): aprox. 592 €/mes.
- Préstamos personales: + 400 € = 992 €/mes (ahorro mensual ~81 € frente a 1.073 €).
- Intereses totales de la hipoteca suben respecto a mantener 25 años.
Opción C: Reunificación en una nueva hipoteca
- Unificas hipoteca + personales en 170.000 €, añades 3.000 € de gastos: financiación total 173.000 €.
- Nueva hipoteca a 30 años, TIN 3,0%. Cuota aprox.: 173.000 € × 4,22 €/mes por 1.000 € ≈ 730 €/mes.
- Comparativa de cuota mensual: bajas de 1.073 € a 730 € (ahorro ~343 €/mes).
- Pero los intereses totales a 30 años serán sensiblemente más altos que manteniendo una hipoteca de 150.000 € a 25 años + personales a 5 años.
Escenario | Cuota total estimada | Ahorro mensual vs actual | Intereses totales (tendencia) |
---|---|---|---|
Actual (sin cambios) | 1.073 € | — | Base |
Carencia 12 meses (solo intereses hipoteca) | ≈ 713 € (temporal) | ≈ 360 € (solo 12 meses) | ↑ respecto a base |
Ampliar plazo hipoteca a 30 años | ≈ 992 € | ≈ 81 € | ↑ respecto a base |
Reunificar en nueva hipoteca (30 años al 3%) | ≈ 730 € | ≈ 343 € | ↑↑ respecto a base |
Conclusión rápida del ejemplo: reunificar es lo que más baja la cuota, pero también lo que más incrementa el coste total y, si es hipotecaria, traslada el riesgo a la vivienda. La carencia alivia mucho durante el periodo concedido, a costa de pagar intereses sin amortizar. Ampliar plazo baja la cuota con un impacto moderado en intereses totales, pero menor ahorro mensual.
Cuándo conviene cada una (y cuándo evitarla)
Carencia
- Cuándo sí: bache temporal (paro, baja médica, mudanza) con horizonte de recuperación claro en meses.
- Cuándo no: problema estructural de ingresos. Si no hay mejora a la vista, la carencia solo retrasa el ajuste.
Ampliar plazo
- Cuándo sí: ingresos estables pero cuota apretada y te quedan años suficientes para ampliar. Mejor si el banco mantiene o mejora tu tipo.
- Cuándo no: si ya estás en plazos muy largos o el banco te sube notablemente el tipo/TAE. Considera alternativas como subrogar o cambiar de banco.
Reunificación
- Cuándo sí: varias deudas caras (tarjetas, préstamos al 10%+) y tu ratio de endeudamiento es alto; dispones de garantía (vivienda con margen) y necesitas rebajar mucho la cuota mensual.
- Cuándo no: si las deudas de consumo son pequeñas o estás cerca de liquidarlas. Evita convertir deudas de corto plazo en hipotecarias si no es necesario. Valora también segunda hipoteca para no mezclar toda la deuda.
Si reunificas mediante hipoteca, calcula cuidadosamente gastos iniciales y TAE final. Consulta este desglose de gastos en préstamos con garantía hipotecaria.
Pasos prácticos para decidir bien
- Diagnóstico: lista tus deudas, capital pendiente, TIN/TAE, plazos y cuotas. Calcula tu DTI (cuotas/ingresos netos). Si supera el 35%–40%, urge actuar.
- Proyección de ingresos: ¿tu problema es temporal o estructural? Si es temporal, la carencia puede ser adecuada.
- Simula escenarios: pide a tu banco simulación de carencia y de ampliación de plazo (con TAE y gastos). Solicita oferta vinculante por escrito.
- Valora reunificación: pide simulaciones con detalle de gastos, TAE y cuota. Compara con mantener deudas actuales. Evita alargar excesivamente deudas de consumo pequeñas.
- Negocia: si tu banco no mejora, compara alternativas. Aquí te orienta novación vs subrogación vs nueva hipoteca.
- Riesgos: si usas la vivienda como garantía, entiende bien las consecuencias de impago. Consulta también cómo refinanciar y unir deudas sin sorpresas.
Consejos para pagar menos a largo plazo
- No bajes tipo a cambio de carencias eternas: prioriza el menor TAE posible y evita extender plazos más de lo necesario.
- Evita comisiones innecesarias: revisa comisión de apertura/novación y si aplica comisión por amortización anticipada.
- Amortiza anticipadamente cuando puedas: aunque amplíes plazo o reunifiques, programa amortizaciones parciales para reducir capital y acortar años.
- Ordena tus finanzas: cierra tarjetas revolving caras. Revisa esta guía sobre cómo salir de tarjetas revolving si es tu caso.
Errores comunes que encarecen la operación
- Mirar solo la cuota sin comparar TAE ni intereses totales.
- Firmar con prisas sin leer comisiones, vinculaciones (seguros, cuentas) o sin oferta vinculante.
- Reunificar deudas pequeñas y casi amortizadas, encareciendo innecesariamente el coste total.
- No prever el rebote de la cuota tras la carencia.
- Concentrar todo el riesgo en la vivienda sin valorar alternativas como segunda hipoteca o mantener deudas separadas.
Conclusión
No hay una solución única. Si tu problema es temporal, la carencia es un puente útil; si necesitas un respiro más estable, ampliar plazo reduce cuota con un coste controlado; si el agobio viene de varias deudas caras, la reunificación baja mucho la cuota, pero a costa de pagar más intereses y, a menudo, de poner tu vivienda en garantía.
Decide con números, compara ofertas por TAE, entiende los gastos y prioriza tu estabilidad a medio plazo. Y recuerda: cuanto antes empieces a amortizar de nuevo, menos intereses pagarás.
Disclaimer: Contenido informativo. No constituye asesoramiento financiero personalizado. Verifica siempre condiciones y costes con la entidad antes de firmar.