Si necesitas liquidez y ya tienes ahorros invertidos, un préstamo pignorado puede darte dinero sin vender tu cartera. En España, varios bancos permiten obtener financiación usando como garantía un depósito a plazo, un fondo de inversión, bonos o acciones. Es una opción más barata que un préstamo personal, pero exige entender bien sus riesgos.
- ¿Qué es un préstamo pignorado?
- ¿Qué activos puedes pignorar?
- Porcentajes financiables y riesgos por tipo de activo
- Cómo funciona paso a paso
- Costes y condiciones habituales
- Ejemplos numéricos sencillos
- 1) Depósito pignorado
- 2) Fondo monetario pignorado
- Ventajas e inconvenientes
- Ventajas
- Inconvenientes
- Comparativa rápida con alternativas
- Fiscalidad: breve apunte
- Riesgos y advertencias
- Guía práctica para solicitarlo
- Buenas prácticas y errores a evitar
- ¿Para quién tiene sentido?
- Conclusión
En esta guía explicamos de forma práctica cómo funciona, qué activos admiten, costes, límites habituales y cuándo puede tener sentido frente a otras alternativas. Contenido informativo. Consulte condiciones actualizadas con la entidad.
¿Qué es un préstamo pignorado?
Es un préstamo en el que aportas una prenda financiera (pignoración) sobre un activo que ya posees: un depósito, participaciones de fondos, acciones, bonos o incluso una cuenta remunerada. La entidad bloquea ese activo como garantía y te presta un porcentaje de su valor. Si cumples con los pagos, recuperas la plena disponibilidad; si no, el banco puede vender el activo para cubrir la deuda.
Es similar a un préstamo con garantía real, pero en lugar de una vivienda se usa un activo financiero. Por esa garantía, el tipo de interés suele ser inferior al de un préstamo personal sin aval.
¿Qué activos puedes pignorar?
Depende de cada banco, pero lo habitual es admitir:
- Depósitos a plazo y cuentas remuneradas: se bloquea el saldo o el depósito hasta que canceles el préstamo.
- Fondos de inversión: especialmente fondos monetarios o de renta fija de baja volatilidad. Se bloquean las participaciones.
- Acciones, ETFs y bonos: admitidos con un descuento mayor por su volatilidad o riesgo de mercado.
No es habitual que se acepten planes de pensiones como garantía por su indisponibilidad legal (no se rescatan salvo contingencias). Pregunta siempre a tu banco qué activos y porcentajes admiten.
Porcentajes financiables y riesgos por tipo de activo
Los bancos no prestan el 100% del valor del activo, aplican un descuento (LTV o loan-to-value) para cubrir fluctuaciones. Valores orientativos de mercado:
Activo en garantía | LTV habitual | Riesgo clave | Notas |
Depósito a plazo / cuenta remunerada | 80% – 95% | Bajo (sin volatilidad) | Bloqueo del saldo; suele tener mejor tipo |
Fondo monetario / renta fija corto plazo | 70% – 85% | Moderado (algo de mercado) | Bloqueo de participaciones |
Bonos/ETFs de renta fija | 60% – 80% | Riesgo de tipo de interés | Mayor descuento si duración larga |
Acciones / ETFs de renta variable | 50% – 70% | Alto (volatilidad) | Posibles llamadas de cobertura si caen |
Si el valor de tu cartera cae, el banco puede solicitar que amortices parte del préstamo o que añadas más garantía. Si no lo haces, puede ejecutar la prenda y vender los activos para cubrir la deuda.
Cómo funciona paso a paso
- Valoración de la garantía: el banco calcula el valor actual de tus activos y el LTV aplicable.
- Oferta de financiación: te propone importe, TIN/TAE, plazo, sistema de amortización, comisiones y condiciones.
- Bloqueo de activos: firma de contrato de prenda y bloqueo en la cuenta de valores o en el depósito/cuenta.
- Desembolso: recibes el dinero en tu cuenta.
- Seguimiento: el banco monitoriza el valor de la garantía. Si cae por debajo del umbral, puede pedir aportaciones adicionales.
- Cancelación: al amortizar el préstamo, se libera la garantía automáticamente.
Costes y condiciones habituales
Los costes dependen de la entidad y del tipo de activo pignorado, pero típicamente incluyen:
- Interés (TIN): suele ser inferior al de un préstamo personal. Como referencia de mercado, los préstamos pignorados pueden situarse en rangos más bajos cuando la garantía es muy líquida y estable (depósitos) y algo más altos si la garantía es volátil (acciones). Evita comparar solo TIN; revisa la TAE con comisiones incluidas.
- Comisión de apertura: algunas entidades aplican 0%–1,5% aprox.
- Custodia de valores: si pignoras acciones o fondos, puede haber comisión de custodia (según tu contrato de valores).
- Otros: gastos por valoración, mantenimiento o cancelación anticipada si aplica.
Aprende a comparar bien los costes leyendo las diferencias entre TIN y TAE y cómo calcular el coste total de un préstamo.
Ejemplos numéricos sencillos
1) Depósito pignorado
Tienes un depósito de 30.000 € al 2,0% anual con vencimiento en 12 meses. El banco te ofrece un préstamo pignorado al 4,0% TIN por 12 meses, con LTV del 90%: recibes 27.000 €.
- Interés del préstamo: 27.000 € x 4,0% = 1.080 €.
- Interés que genera el depósito: 30.000 € x 2,0% = 600 €.
- Coste neto aproximado: 1.080 € − 600 € = 480 € (más posibles comisiones).
Ventaja: no rompes el depósito. Inconveniente: el coste neto sigue siendo positivo (480 € aprox.). Si tu necesidad es muy corta, quizá te interese una línea de crédito o alternativa más flexible.
2) Fondo monetario pignorado
Tienes 40.000 € en un fondo monetario. LTV del 80% y TIN del 5,0% a 24 meses. Importe: 32.000 €.
- Intereses préstamo 2 años (aprox., sin comisiones): 32.000 € x 5,0% x 2 = 3.200 €.
- Si el fondo rinde un 2,0% anual medio: 40.000 € x 2,0% x 2 = 1.600 €.
- Coste neto estimado: 3.200 € − 1.600 € = 1.600 €.
Si vendieras el fondo, podrías tributar por la plusvalía. El préstamo puede tener sentido si quieres evitar vender (y no puedes traspasar entre fondos sin tributar) o necesitas liquidez inmediata.
Ventajas e inconvenientes
Ventajas
- Tipo de interés más bajo que un préstamo personal sin garantía, al reducir el riesgo para el banco.
- Rapidez si ya eres cliente y los activos están depositados en la entidad.
- Sin vender tu cartera: evitas peajes fiscales y puedes mantener tu estrategia de inversión.
- Flexibilidad: útil para necesidades puntuales o como puente de liquidez.
Inconvenientes
- Riesgo de mercado: si el valor de la garantía cae, te pueden exigir más margen o vender tus activos.
- Endeudamiento: asumes una deuda adicional con su coste financiero.
- Límites de financiación: no podrás superar los LTV establecidos.
- Bloqueo de los activos: no podrás disponer de ellos hasta cancelar el préstamo.
Para evitar problemas, revisa nuestra guía sobre cómo evitar el sobreendeudamiento al pedir varios préstamos.
Comparativa rápida con alternativas
Opción | Coste | Riesgo | Cuándo conviene |
Préstamo pignorado | Medio-bajo | Caída del valor de la garantía | Tienes cartera y no quieres vender |
Préstamo personal | Medio-alto | Sin garantía real | No tienes activos para pignorar |
Préstamo con aval hipotecario | Bajo-medio | Riesgo sobre vivienda | Importes altos y plazos largos |
Vender activos | Sin coste financiero | Riesgo fiscal y de oportunidad | Si el coste fiscal es bajo o el mercado está caro |
Si valoras una garantía sobre inmueble, revisa qué es un préstamo con garantía hipotecaria. Y si prefieres garantías sobre bienes muebles, mira cómo funcionan los préstamos sobre vehículo o joyas.
Fiscalidad: breve apunte
Un préstamo pignorado no genera por sí mismo tributación. Si vendieras activos para obtener liquidez, podrías tributar por plusvalías. Con fondos de inversión, recuerda que los traspasos entre fondos en España permiten diferir impuestos, lo que puede ser una alternativa. Los intereses del préstamo no son deducibles para uso personal; en algunos casos de financiación para invertir, podrían ser deducibles como gasto vinculado a rendimientos del capital mobiliario, sujeto a normas y límites. Consulta la normativa vigente y tu asesor. Amplía con ventajas fiscales de financiar inversiones con préstamos.
Riesgos y advertencias
- Ejecución de la prenda: el banco puede vender tus activos si incumples o si no aportas más garantía cuando sea requerida.
- Llamadas de margen: con acciones/ETFs, caídas fuertes pueden activar exigencias de amortización parcial inmediata.
- Riesgo de tipo: si el préstamo es variable, una subida de tipos encarece la cuota.
- Liquidez: los activos quedan bloqueados; perderás capacidad de maniobra si surge otra oportunidad o urgencia.
Recuerda que el impago tiene consecuencias. Lee sobre embargos y morosidad y cómo te afecta.
Guía práctica para solicitarlo
- Lista tus activos aptos (depósitos, fondos, valores) y su valor actual.
- Pregunta condiciones en tu banco: activos admitidos, LTV, TIN/TAE, comisiones, plazos y si hay llamadas de margen.
- Compara alternativas: personal, pignorado, aval hipotecario, vender activos. No te quedes solo con el tipo; calcula el coste total.
- Define el plazo según tu flujo de ingresos. Evita tensar demasiado la cuota.
- Firma y bloqueo: revisa el contrato de prenda y confirma qué operaciones quedan bloqueadas (reembolsos, ventas, traspasos).
- Seguimiento mensual: controla el valor de la garantía y mantén un colchón para imprevistos.
Si la entidad te propone periodos de carencia o amortización flexible, entiende bien pros y contras. Puedes orientarte con préstamos con carencia.
Buenas prácticas y errores a evitar
- No apalancarte en exceso: evita pedir más del mínimo necesario.
- Diversifica la garantía: si pignoras renta variable, limita el porcentaje y combina con activos más estables.
- Lee la letra pequeña: márgenes de seguridad, umbrales de ejecución y comisiones de cancelación.
- Plan B: define cómo cancelarás si el mercado se complica.
¿Para quién tiene sentido?
Perfiles típicos:
- Ahorristas con depósitos que necesitan liquidez puntual pero no quieren romperlos.
- Inversores en fondos que prefieren no vender para no tributar o no romper su estrategia.
- Quien necesita un puente de liquidez a corto/medio plazo con visibilidad de ingresos futuros.
Si buscas importes altos a muy largo plazo, quizá encaje mejor otra solución. Compara con aval hipotecario vs préstamo personal.
Conclusión
El préstamo pignorado es una herramienta potente para obtener liquidez a un coste competitivo sin deshacer tus inversiones. Úsalo con prudencia, entiende la mecánica de la prenda y compara alternativas. La clave está en ajustar el importe y el plazo a tu capacidad de pago, y en elegir garantías cuyo riesgo de mercado puedas asumir. Contenido informativo. Consulte condiciones actualizadas con la entidad.