En ocasiones, muchas personas pueden llegar a vivir una situación financiera en la que se les hace imposible tener el dinero suficiente para llevar a cabo alguna actividad, bien sea para independizarse, estudiar o emprender.
Esto no debería ser una excusa para prescindir de todos nuestros sueños, y es por eso que existen muchos métodos de financiación donde podemos tener la opción de obtener el dinero que necesitamos, con la posibilidad de devolverlo cuando tengamos las condiciones para hacerlo.
Este tipo de préstamos están muy de moda últimamente, especialmente por la crisis que se vive actualmente, aunque debemos tener mucho cuidado con la cantidad de dinero que vamos a solicitar, ya que los préstamos con carencia, aunque son unos de los más beneficiosos, también tiene algunas cartas bajo la manga que son importantes que conozcamos.
Resumen de la guía
¿Qué significa periodo de carencia?
Un préstamo con carencia consiste en un periodo de tiempo que se establece en el documento de responsabilidad, donde el deudor se compromete a pagar una vez concluido. Durante ese período de tiempo el deudor debe ser capaz de producir el dinero necesario para pagarlo más los intereses. Es muy solicitado por particulares que tienen una situación económica urgente y saben que no podrán devolver el préstamo a corto plazo.
Este método de financiación es muy solicitado por aquellas personas que necesitan pagar una hipoteca o empresas que desean emprender en un nuevo nicho de mercado y qué saben que podrán devolverlo en un futuro. También existen una serie de previsiones que se documentan en el contrato para entender cuáles son las condiciones en las que será devuelto el préstamo.

¿Quiénes pueden acceder a un préstamo de carencia?
En este sentido, pongamos un ejemplo, que si queremos emprender podemos solicitar un préstamo de carencia por un total de 20.000 € o más, en el documento se especifica que en un total de 3 años el emprendimiento comenzará a producir ganancias y será entonces cuando deberemos pagar el préstamo con esas ganancias, aunque es importante señalar que a esos 20.000 € se le suman unas tasas muy altas de interés.
Cualquier particular puede acceder a un préstamo de este tipo, incluso si es para estudiar en la universidad. El período de carencia puede durar entre 4 a 5 años y puede ser devuelto cuando el estudiante se gradúe, ya que podrá introducirse al mundo laboral con mayor facilidad.
Sin embargo, una de las condiciones personales más importantes para solicitarlo es que se nos dificulte tener un ingreso de dinero regular para cubrir nuestros gastos, aunque la mayoría de las veces depende el tipo de carencia que solicitemos, por lo que tenemos la necesidad de financiarnos con este método. Aun así, sí solicitamos cualquier otro tipo de préstamo podemos acceder a un período de carencia negociando con la segunda parte.
¿Cuáles son los tipos de carencia en los préstamos?
Un préstamo de carencia cumple con ciertas características que pueden ser muy beneficiosas durante el período de tiempo en el que debe ser pagado. Por ejemplo, podemos amortizar el capital reduciendo un poco las cuotas que debemos pagar o incluso eliminarlas por completo durante el tiempo establecido. Esta duración puede establecerse a corto o largo plazo y podremos solicitarlos en cualquier momento. La mayoría de las veces se solicita por anticipado cuando notamos que no podremos pagar o cuando tenemos ciertos problemas de impago con los préstamos hipotecarios.
De esta forma, tenemos dos clases de préstamos de carencia a los que podemos acudir:
- Carencia total: Como su nombre lo indica, podremos establecer un período totalmente libre de pagos en el contrato o en el documento de responsabilidad del préstamo. Este suele ser muy útil dependiendo de nuestra situación económica, ya que nos permite eximirnos de pagos obligatorios durante un largo tiempo para enfocarnos enteramente en la producción o actividad para la que hayamos solicitado el préstamo.
- Carencia parcial: Este es el más solicitado, ya que con él podremos pagar solo los intereses del préstamo de forma mensual y luego proceder al resto del pago una vez finalizado el periodo de carencia.
Es importante que tengamos en cuenta que los periodos de carencia pueden diferenciarse mucho según la cantidad y el período. De cualquier forma, podremos solicitar un período de carencia incluso si tenemos cualquier otro tipo de préstamo activo, solo debemos observar si tenemos esa posibilidad según las condiciones de nuestro contrato y la disponibilidad de la entidad financiera.
¿Es ideal solicitar un plazo de carencia?
Un préstamo de carencia suele ser muy útil en caso de que estamos involucrados en una emergencia financiera, por lo que necesitaremos una gran cantidad de dinero con grandes beneficios en el periodo de tiempo del pago. Son perfectos para pagar deudas que tengamos acumuladas y para aliviarnos un poco la carga económica que estemos sufriendo. Sin embargo, debemos estar seguros de que nos recuperaremos económicamente en el plazo acordado.
Aunque suena bastante beneficioso, no es muy recomendado, ya que aunque no paguemos el préstamo en mensualidades establecidas, si estaremos acumulando una gran cantidad de intereses, algo que puede representar una deuda en el futuro. Por esto es importante saber que tendremos los recursos necesarios para pagar todo el crédito más los intereses en el plazo establecido. De no poder pagar en el momento acordado, también tendremos que hacer frente a gastos adicionales.
El momento ideal para solicitar un préstamo de carencia es cuando estemos completamente seguros de que tendremos éxito según las condiciones propuestas para el pago. Además, podremos planificar la devolución del mismo de forma acertada.
También es importante que verifiquemos si no existen otros métodos de financiación más adecuados según nuestra situación. En caso de que solo necesitemos un préstamo rápido y accesible podremos escoger un minicrédito para acceder a una gran cantidad de dinero sin necesidad de un aval y otros requisitos.
¿Cuál es el coste de los préstamos de carencia?
Como ya habíamos mencionado anteriormente, el periodo de carencia puede ser muy útil en caso de que queramos cubrir algunas necesidades de impago, aunque esto también supone un gran precio. Durante este tiempo en el que nos ahorremos las mensualidades o incluso si optamos por un préstamo parcial, en el que solo estemos pagando por los intereses, el capital que tenemos pendiente se mantendrá y los intereses se devengan en ese importe, por lo que al final estaremos pagando más de lo que esperábamos.
Para entenderlo mejor podemos utilizar un ejemplo de financiación. Supongamos que solicitamos un crédito con un préstamo de carencia de 10.000 € y debemos devolverlo en un total de 5 años. Por lo que establecemos con la entidad un total de 60 cuotas de 203 € aproximadamente, con TAE de 8%. Por lo que en total serían poco más de 12.000 €. Ahora supongamos que podemos hacer la devolución del préstamo en 1 año, el total Sería más de 12.500 €.
En caso de que queramos alargar el periodo de carencia podremos negociar con la entidad bancaria, aunque en ocasiones también suele resultar menos viable ya que serán más los intereses que se nos cobrarán. Por lo que debemos calcular cuál sería la opción más apropiada para que no perdamos más dinero.
En cualquier caso, solicitar uno de estos préstamos es más asequible que dejar de pagar el préstamo ya que los intereses por demora y las comisiones por los avisos de impago son más altas, por lo que es mejor que consultemos cuál puede ser la opción ideal frente a esto.
Requisitos adicionales para solicitar una carencia
Es importante que estemos seguros de que sea rentable solicitar una carencia, ya que también tendremos que realizar algunos gastos adicionales para completar una serie de requisitos y demandas. Por ejemplo, tendremos que realizar una novación, que se trata de un procedimiento por el que debemos pagar una comisión establecida por la entidad. Es necesaria ya que se utilizará para cambiar algunos aspectos del contrato del préstamo.
Asimismo, dependiendo de las especificaciones de este documento, el banco podría aumentar las tasas de interés, aunque esto depende de las condiciones de la entidad, por lo que debemos revisar muy bien la letra pequeña al momento de firmar este tipo de contrato, incluso las tasas de interés que están sujetas a regulaciones que no podemos ignorar. Algunas condiciones que pueden aplicar son:
- Al solicitar una novación para una carencia para extender nuestro periodo de pago de hipoteca, deberemos haber pagado un total de cuotas límites para que el banco esté seguro de que no perderá.
- El vencimiento de la hipoteca debe estar lo suficientemente lejos al solicitarlo, algunos entes bancarios incluso señalan un total de 5 años para su vencimiento.
- El interés del período de carencia también se aumentará el 1% de los intereses de la hipoteca.
Para finalizar debemos ser conscientes de las exigencias de la ley en caso de que solicitamos un préstamo de carencia para una hipoteca. Podemos apoyarnos en el Código De Buenas Prácticas Bancarias, una normativa que fue aprobada en el 2012 para mejorar las condiciones de los hipotecados. Asimismo, en el año 2015 se aprobó una serie de cambios en la Ley De La Segunda Oportunidad donde ambas partes deben cumplir con requisitos necesarios para acceder a la carencia.
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